¿Quién en esta Ciudad no ha escuchado hablar del Casco de Santo Tomás y más si alguna vez jugaron americano o si estudiaron en el Politécnico Nacional. Bueno pues hoy en este martes de historia hablaremos acerca de este enigmático lugar. El Casco de Santo Tomás es en realidad un área que incluye las colonias Santo Tomás y Tlatilco, en dónde se aloja la Unidad Profesional Lázaro Cárdenas, que pertenece al Politécnico Nacional.
Pero mucho antes de esto, en la época prehispánica, este lugar estaba bajo el dominio del señorío de Tacuba y era conocido como “Tlaxpanas”, lo que quiere decir “Lugar Barrido”.
Al llegar Hernán Cortés a México en tiempos de la Conquista, estas tierras le fueron otorgadas a Cortés, quien hizo ahí una huerta y la bautizó con el nombre de “Huerta de Santo Tomás” como símbolo de devoción al santo, a quien le era muy devoto.
Si algo destaca del Casco de Santo Tomás, es que se trata de un lugar cuyo semblante arquitectónico da cuenta de los edificios de carácter educativo que se han erigido a lo largo del tiempo. Luego de la Independencia de México, se construyó aquí la primera Escuela de Agricultura. Más tarde, en 1857, se inauguró la Escuela Nacional de Artes y Oficios.
Dichas instituciones surgieron junto con la expansión del barrio, pues en esa época, el Casco de Santo Tomás comenzó a ampliarse hacia lo que hoy es el barrio de Tacuba. De hecho, todavía hay vestigios que nos cuentan un poco sobre este periodo histórico, como el nombre de las calles México Tacuba y Ferrocarril Cuernavaca.
Por otro lado, en la zona que popularmente se conoce como la Cuchilla del Rosario, se construyó un apabullante edificio pensado para la formación de profesores. Se trata del Colegio Militar, una institución que funciona desde 1918 y destaca por sus amplios y bellos jardines.
Y a propósito de los profesores, hay que destacar que en la Avenida de los Maestros se levantó uno de los complejos más icónicos del barrio. La Benemérita Escuela Nacional de Maestros es una joya arquitectónica que muchos capitalinos desconocen, pero que vale la pena admirar por el foro al aire libre que Mario Pani incluyó, así como el mural de José Clemente Orozco que adorna el gran edificio.
Sin duda, la escuela más emblemática del Casco de Santo Tomás es la Unidad Profesional Lázaro Cárdenas, que pertenece al Instituto Politécnico Nacional. Un suceso trágico que vio este barrio ocurrió el 23 de septiembre de 1968, cuando el ejército se enfrentó con estudiantes del IPN.
Escuelas de comercio, ciencias biológicas y negocios se han construido y derrumbado a lo largo de las décadas. Así, el Casco de Santo Tomás se vuelve en un referente cuando de edificios educativos en la ciudad se trata. Sin duda pasear por sus calles es interesante, sobre todo si hacemos conciencia de toda la historia que alberga ese enigmático lugar.