Hola buenas tardes, hoy les quiero presentar la historia de una cantina bellísima del Centro de la Ciudad de México. La Cantina de la Ópera, un inmueble bellísimo.
Un relato mil veces repetido es el que le da su identidad y renombre a una de las cantinas más famosas de la ciudad de México. “La Ópera” es reconocida por el famoso balazo que Pancho Villa dejó incrustado en el techo del lugar sin razón alguna, sin embargo, este lugar esconde historias no tan conocidas por el público en general; que conforman su auténtica personalidad.
Ubicada en la calle 5 de mayo, Col. Alameda Central, fue fundada por dos hermanas francesas con la idea de recrear las muy icónicas cafeterías y confiterías parisinas. A pesar de que La Ópera no inició como un bar, su fama las obligó a hacerla Restaurante-Bar tras una mudanza en el siglo XIX.
Una de las principales características del establecimiento es su muy característico decorado estilo Art Nouveau al igual que el papel tapiz que se conserva desde tiempos del porfiriato (1847-1911).
Dentro de la lista de clientes históricos que no podían dejar de ir a tomar un trago al icónico bar, se encuentran el presidente Porfirio Díaz, así como los revolucionarios Emiliano Zapata Y Pancho Villa, caudillo a quien se le atribuye el emblemático disparo en el techo.
Los muebles que le dan vida están hechos de madera tallada con asientos tapizados en terciopelo rojo, y el corazón de “La Ópera” es una imponente barra de madera traída desde Nueva Orleans en la época en que las hermanas Boulangeot fundaron el lugar.
Las instalaciones han sido testigos de innumerables historias, así como de las visitas de ilustres personajes como: Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Octavio Paz, entre otros.
El misterio y la leyenda se ven alimentados por recortes de periódicos y fotografías del siglo XIX que adornan las paredes y dan fe de todos los personajes que alguna vez visitaron el lugar.
A pesar de que hoy en día el bar ha dado un giro, y en lugar de servir comida de cantina o botanas, ofrecen una basta variedad de platillos que van desde chiles en nogada o pulpo a la gallega, hasta tacos de lechón. Este sigue siendo un lugar para revivir una época en la Ciudad de México, acompañado de los techos decorados con hoja de oro.
Si bien el lugar no ha sido alterado sustancialmente, sí se le han hecho adecuaciones para mantener su funcionalidad. Por suerte, su configuración original fue inmortalizada en producciones cinematográficas del Cine de Oro Mexicano como Los de abajo, con Emilio “el Indio” Fernández (1939), o La cucaracha y La Generala con María Félix (1959, 1970).