¡Hola, buenas tardes!
Ya es septiembre, y no hay mejor tema para este ¿Sabías qué…? , que hablar de los deliciosos y exquisitos Chiles en Nogada y de su origen.
He de comentarles que el tema de los Chiles en Nogada con los habitantes de la hermosa Ciudad de Puebla es un tema sensible, pues en alguna ocasión platicando le hice saber a una amiga originaria de la ciudad antes mencionada, mi receta familiar de los Chiles en Nogada y casi me excomulga. Por lo que se puede decir que mi receta se podría definir como “Chiles rellenos con Nogada”, para no herir susceptibilidades.
Bueno pues ocupémonos de el origen de este delicioso manjar.
Según la historia popular que se conoce sobre el origen del guisado, se dice que las monjas del convento de Santa Mónica en Puebla tuvieron que elaborar su mejor platillo para celebrar el cumpleaños del caudillo independentista Agustín de Iturbide y el resultado fueron los famosos chiles.
Pero existe otra versión del arqueólogo Eduardo Merlo, quien asegura que
el origen verdadero del platillo se remonta al Virreinato de la Nueva España, donde los primeros pobladores eran andaluces en su mayoría, que tenían una rica tradición repostera heredada por los árabes. Además, dice que “las mejores cocineras y reposteras eran las monjas y a ellas se les encargaban los platillos para las grandes fiestas señoriales”.Comenta que en esa época, la corte novohispana celebraba las ocasiones importantes con banquetes abundantes y variados de al menos 14 tiempos; de la repostería se hacía cargo las monjas, quienes decían inventar platillos en cada ocasión para que sus comensales pudieran presumir que era la primera vez que se servían dichos postres y fue así como, de manera fortuita, surgieron los chiles en nogada. “En España acostumbraban rellenar el pimiento de algo y por eso a las monjas se les ocurrió rellenarlo de fruta fresca y capearlo, para presentarlo como postre,” asegura Merlo, quien además apunta que el platillo se conoció como “Chile relleno de frutas bañado en salsa de nuez”.
Luego de las luchas por la Independencia y tras haber proclamado el Plan de Iguala, Iturbide llegó triunfante a Puebla y con motivo de su cumpleaños las monjas le tenían preparado un festín. “Las monjas escucharon la historia y con mucha inteligencia elaboraron el postre (que ya existía), pero lo bañaron en salsa de nuez de Castilla, lo que lo daba una blancura y le pusieron verde el perejil y rojo la granada”, subraya, “se llevaron al postre a la casa del obispo donde fue el banquete y le dijeron al caudillo: mire éste ya tiene la bandera de las Tres Garantías.
Al ser ofrecido el postre al independentista, éste se popularizó y a medida que la economía en el país no permitía grandes festines los tiempos en las comidas tuvieron que reducirse y el chile en nogada se convirtió en el plato fuerte cuando a alguien se le ocurrió agregarle carne al relleno de fruta. “Las monjas dicen que este postre lo hacían en ocasión de la fiesta de su patrono San Agustín el 28 de agosto.
Pues es así como nació este excelente platillo.